Día histórico para Estados Unidos y Cuba. En un mensaje que se ha emitido a la misma hora, Barack Obama y Raúl Castro han anunciado la reanudación «inmediata» de relaciones diplomáticas, rotas en enero de 1961. Esto se traducirá, de momento, en la apertura de embajadas y las visitas regulares de altos cargos de EE.UU.. [Así estamos contando en directo esta jornada histórica]
«El aislamiento sometido a la isla no ha funcionado; es hora de cambiar de política», ha dicho Obama desde Washington. Por su parte, Castro ha afirmado en La Habana que «es hora de mejorar el clima» entre ambos países y ha pedido «respeto» hacia Obama. El anuncio se ha hecho tras la conversación de 45 minutos mantenida el martes entre Obama y Castro, que ponía fin a dieciocho meses de negociaciones secretas, en las que el Papa Francisco ha tenido un papel clave. La Casa Blanca ha calificado el paso acordado de «histórico». Poco antes de las comparecencias de ambos mandatarios en sus respectivas capitales, había llegado a Washington el estadounidense Alan Gross, que llevaba cinco años prisionero en Cuba.
Su liberación era la condición necesaria para el restablecimientode relaciones. La Habana también ha libreado a un agente de inteligencia cubano, encarcelado durante veinte años. Como contrapartida, EE.UU. ha entregado a Cuba tres espías cubanos detenidos. El restablecimiento de las relaciones diplomáticas, con la apertura de embajadas, no supone el fin del embargo estadounidense a Cuba, pero Obama se ha comprometido a nuevas medidas que permitirán suavizarlo. El presidente ha apelado al Congreso, de quien depende la decisión sobre el embargo, a que abra undebate «honesto y serio» que lleve finalmente a derogarlo.
Obama, que ha pronunciado dos frases de su discurso en español y ha citado al poeta José Martí, ha manifestado «el respeto por la pasión y compromiso» que los cubanos y descendientes de cubanos que viven en EE.UU. sienten por la democracia, muchos de ellos opuestos a cualquier acercamiento al régimen castrista. Pero les ha pedido que acepten que la política de castigo a Cuba, establecida en su día con «la mejor de las intenciones», no ha llevado a un cambio político en la isla. «Lo que propongo no va a cambiar a Cuba de la noche a la mañana, pero estoy convencido de que con esta política podrá haber más avances», afirmó.
Los próximos pasos
Obama comunicó que en los próximos meses se abrirá la embajada estadounidense en La Habana, al frente de la cual se cuenta con que se nombrará a un embajador. También otros diplomáticos de alto nivel viajarán a la isla y se elevará el rango de las conversaciones que los dos países mantienen sobre una serie de temas.
Otra medida será la retirada de Cuba de la lista de países que promueven el terrorismo que elabora el Departamento de Estado norteamericano. Obama comunicó que ha pedido al secretario de Estado, John Kerry, que revise la presencia de Cuba en esa lista, en la que la isla fue incluida en 1982, de manera que en el plazo de seis meses eso se haya resuelto. El presidente sugirió que Cuba no tiene relación con el terrorismo de Al Qaida o el Estado Islámico, que es el que hoy supone un riesgo internacional.
Además, Obama promoverá cambios en regulaciones del Departamento del Tesoro y de Comercio, con el fin de aumentar las posibilidades de viajes y actividades económicas. Así, habrá una ampliación del número de licencias que se conceden a estadounidenses que quieren viajar a Cuba, se elevará de 500 dólares a 2.000 dólares la cantidad que por trimestre se pueden enviar a individuos y proyectos humanitarios cubanos (seguirán excluidos dirigentes gubernamentales y del Partido Comunista).
Otras medidas son la autorización a quienes viajen a Cuba a regresar con bienes por valor de hasta 400 dólares, de los cuales no más de cien podrán ser por tabaco y alcohol; el permiso a las instituciones estadounidenses de abrir cuentas en las instituciones financieras cubanas, y la posibilidad de que los viajeros estadounidenses usen en la isla sus tarjetas de crédito y débito emitidas en EE.UU.
Otros aspectos son las telecomunicaciones, sobre las que Obama quiere llegar a acuerdos con La Habana para la mejora de los contactos de ciudadanos de ambos países, y los acuerdos marítimos que se mantienen a tres bandas (incluyendo México) sobre los límites jurisdiccionales en el Golfo de México, pues existen discrepancias sobre el respectivo alcance de las 200 millas.