Todo inició con una llamada telefónica hecha por un joven transportista veguetano, quien junto a su enamorada, temerariamente, se hallaban en una Minivan (AFX-044), en un descampado del tramo entre playa Las Liseras y Tambo de Mora. Llamaron al Serenazgo señalando que el carro había quedado atollado, por lo cual el personal edil fue en su auxilio. Eran la una de la madrugada, cuando chofer y dos serenos fueron interceptados por los sediciosos, quienes los redujeron, maniataron y dejaron abandonados por el poblado de Chacaca; límite con el distrito de Huaura.
Casi en simultáneo, sus compinches, a bordo de la camioneta que acababan de arrebatar, se dirigieron al depósito donde la custodia de todo el parque automotor, está bajo responsabilidad de una sola persona: don Juan García Palma, de 64 años, quien al percatarse que se trataba de un carro municipal abrió el portón sin imaginarse que se trataba de los hampones. Uno de ellos descendió raudamente de la unidad y lo golpeó en la cabeza con la cacha de un revólver, obligándolo a entregar las llaves de los vehículos que luego procedieron a desmantelar.
Alrededor de 20 minutos, los ladrones estuvieron como “Pedro en su casa”, y después huyeron con las dos únicas camionetas del Serenazgo (de placas EGI-691 y EGI-719), además de una tercera color blanco PKH-413. Al guardián lo llevaron donde se encontraban los otros rehenes, quienes cuatro horas más tarde, lograron liberarse y dar cuenta de lo ocurrido a la Policía Nacional.